domingo, 24 de enero de 2010

El primer beso

De niño no entendía nada sobre el amor, esa palabra me resultaba tan inefable y quizás el único fallido concepto que tenía era ver besándose a mi primo mayor y su chica; por otra parte en el colegio mis amigos ya tenían sus "novias" a tan corta edad, eso lo supe en conversaciones, aunque poco tiempo después me di cuenta que habían sido puras fanfarronerías y medias.


Siempre fui el chico tímido de la clase, el hijo de mamá que prefería jugar con sus tortuninjas en vez de las chapadas (juego popular en el barrio), de los que tenían a su amigo imaginario compartiendo sus juguetes, a pesar de mi muy mala suerte de infante, tuve unas cuentas oportunidades para tener una compañera.


Esto ocurrió pasada una navidad, era costumbre quedarme un tiempo en la casa de mi ya fallecido abuelito; que dicho sea de paso, cada vez que veo a Popeye me acuerdo de él. 



En el barrio del abuelo  se reunían muchos niños de mi edad a jugar en la esquina, al lado de la canchita de futbol, pase días observándolos detenidamente,  hasta que una tarde me decidí y con un polito azul y mi shorcito blanco me aventuré a ser libre y jugar con ellos sin temor a que me digan algo en casa, no iba ser fácil hacer amigos en un barrio donde era un completo desconocido, simplemente me quede quieto mirando con cara de bobo como se escondían todos, y de reojo mirando a una niña que contaba cubriéndose la vista apoyada a la pared, ella terminó de contar, miro de un lado al otro,  corrió hacia mí y me dijo:


  - ¿Tú también estás jugando?- Con una voz suave y tranquilizante.
  - No, pero quiero jugar- dije nervioso con el miedo a que me rechace.
  - Muy bien, vamos al parque ahí hay columpios- dijo algo cansada.
  -¿Cómo y tus amigos? ¿No te tocaba contar?
  - Ya me aburrí, siempre pierdo- dijo riéndose.


Le hice caso y corrimos para esta vez, escondernos de los otros niños que de seguro estaban escondidos, se sentó en un columpio y me pidió que la empujara lo más fuerte que podía, después de unas cuantas vueltas, se abalanzó hacia el césped, queriéndome impresionar con su habilidad, traté de imitarla aunque con poca fortuna, mientras se columpiaba, me preguntaba todos mis datos, me hacía recordar a una enfermera que también hizo lo mismo dos semanas atrás cuando me perdí en un hospital.  


Lorena tenía 11 años y yo 10, tenía el cabello largo castaño y me ganaba en estatura, calculo yo, unos 5cm, vestía aquella vez cuando la conocí un polo celeste de Sailor moon, sus padres se habían separado cuando su mama encontró al padre con su tía, todo un escándalo en su casa, tenía un hermano mayor que por aquellos tiempos andaba de viaje a no sé donde, y vivía con sus tías, yo no podía estar más feliz aquel día, se me había quitado la timidez, ya era noche y seguro que mis abuelos me estarían buscando, pero no repare de ello, y seguíamos en el parque, mi primera conversación con una chica iba ser algo que nunca lo iba a olvidar, pero lo que nunca olvide fueron la palabras de su tía llamándola en voz alta y dando por finalizado la linda amistad que había surgido en unos columpios oxidados y sucios.


Al día siguiente y los demás días posteriores, buscaba cualquier excusa para que mi abuelo me mande a comprar al mercado y verla, me echaba más azúcar al café con leche, comía más panes con jamonada, hasta trate de romper una pata a “Felipe”, un perro flaco chusco de la casa, para llevarlo al veterinario. Todos los intentos fracasaron, ya que la abuela tenía de reserva un costal de azúcar rubia, y mi tío que se había amanecido en una fiesta vino con pan bajo el brazo aunque en este caso fue con una bolsa de panes integrales, y qué decir de Felipe que al primer intento de lastimarlo, con un solo y contundente ladrido me espantó haciéndome resbalar y caer como una bolsa con papas.


Llego el día en que vi a Lorena otra vez, pero esta vez fue distinto, estaba más hermosa y radiante, más limpia y muy bien vestida, le dije que quería jugar, a lo que me dijo.


- Mas rato, ahora voy a salir al hospital
- ¿Que paso estas mal?
- Mas tarde te digo- Y se fue con una tía, que me miro sonriéndome.


Me quede mirando toda la tarde por mi ventana su casa, hasta que un carro rojo se estacionó en su puerta, y bajo; me atreví otra vez y salí con dirección a ella. Nos fuimos al parque y conversamos largamente, de todo, me pregunto si ya había besado, le dije que no, se rió y me dijo que ella tampoco, parecía todo tan mágico, aún recuerdo cada una de las palabras aunque mal elaboradas pero con mucho sentimiento por parte de dos niños que apenas se conocían y mostraban su inocencia. Mis oídos se afinaron al escuchar su tan particular proposición.  


- Quieres besarme –me dijo mirándome fijo.
- No sé cómo es eso- respondí con una voz entrecortante.
- Yo tampoco, solo acerca tu boca a la mía.
- Está bien-acercándome por primera vez a una mujer.


Fue maravilloso aunque no duro mucho, fue profundo, y cuando digo profundo es que calo muy adentro de mí que hasta el día de hoy recuerdo su aliento y su rostro, pegado al mío, sus manos acariciando las mías, y el solo sentir su calor distante hay días en que una lagrima baja hasta mis labios los mismos que le dieron su primer beso.


Lorena falleció dos días después, mis abuelos no supieron cómo explicar cuando en la mesa tocaron el tema, recuerdo que por ese entonces ya me iba a regresar a mi casa, no había ya nada que hacer ahí, quedarme y averiguar más hubiese sido algo penoso para mi edad, y ahora me arrepiento, me hubiese podido despedir de ella de la manera más hermosa, y quizás robarle otro beso, en el transcurso de esos dos días que no la vi, la espere en el parque pero no vino, solo recuerdo que vi ese mismo carro rojo llevándola y trayéndola de vuelta.


Ayer fui a la casa de mis finados abuelos a visitar a mi tío, luego de 7 años, con la misma convicción de encontrarla me dirigí, al viejo parque, y me senté en los columpios; seguían ahí igual de viejos y mucho mas maltratados aún, lo curioso es que no habían remodelado ese parque desde ese tiempo, parece que con su ausencia ese parque, había dejado de existir.








4 comentarios:

  1. Waooo!
    Es la historia mas bonito que he leido en mi vida..
    Enserioo! Me hizo llorar al momento en q la lei :'(
    Gracias por compartirla...
    =)

    ResponderEliminar
  2. muy bonita tu historia tienes talento para escribir conmovedora realista triste y muy hermosa =(
    espero saber mas de ti conocerte si es posible lindo

    ResponderEliminar
  3. Historia orginal, escribes muy sincerament y simplemente sin buscar palabras complicadas, eso hace que a uno le de ganas de leer y esperar la continuacion! Mi hubiera gustado un final feliz! pero si no nada ! soy una primera fans! :) Continua asi :)
    El hecho que escribas momentos fuertes de tu vida hace que sea mas emocionante y ese estilo te va bien :)

    Cyndi

    ResponderEliminar
  4. Los primeros besos se marcan con la tinta indeleble de la inocencia.

    ResponderEliminar